24/3/15

Anoche tuve tres sueños abominables.  Una mujer pequeña se paró en el pasillo de mi casa y me desafió. Su cara no comunicaba ningún tipo de expresión. Sin mostrar indicio de querer volver atrás ni intención de explicar lo que la trajo hasta aquí, se acercó y me abrazó clavando dos veces un cuchillo en mi espalda. No sentí dolor ni articulé fonema alguno. Me embistió la sensación de una muerte inevitable y la perplejidad del sinsentido. Ella retrocedió un paso arrastrando los pies y se paró frente a mi. En vano intenté saber por qué. Una venganza era menos solitaria que el silencio. Se fue y me senté en el sillón a esperar mi muerte. No sé si cerré o abrí los ojos pero la muerte nunca vino.
Soñé también con nubes grises, soñé que llovía y que un montón de gotas venían hacia mi ventana y cuando cruzaban el umbral se convertían en pájaros negros que se juntaban formando un único gran pájaro negro que volaba hacia mi agitando sus alas con las que luego se envolvía hasta adoptar forma de bala atravesándome la frente hasta llegar a mi columna donde luego se esfumaba sin dejar rastro.
Desperté y miré el pasillo, el sillón, la ventana. Todo estaba intacto salvo mi espalda.
Del tercer sueño no recuerdo nada.

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