22/10/15

Justo esas dos noches que te embriagaste en el año el portero de turno era el testigo de jehova, rizomatica coincidencia. Por el aprecio que te tiene y en un acto de buena fe te regala una Atalaya que trata el tema de las adicciones, hiperbólica deducción. Y frente al "le agradezco pero ya la tengo", sin entender el liviano sarcasmo, se le iluminan los ojos con un brillo de esperanza.
Me hace pensar en los detalles microscópicos de la comunicación y en la milanesa con puré de batatas que me voy a comer con una contradictoria sensación de paz y hambre, y con la incertidumbre de no saber si su gesto fue bondad o compasión, lo que eventualmente se aclararía con un esforzado ejercicio retrospectivo que reconstruya los hechos: un relato, un tour, el que por fortuna o por desgracia se limita solo a borrosos flash back.
Aleluya.

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