17/9/05

(Re) Evolución creativa


La diferencia fundamental que a menudo juega a mal para el graffiti callejero es que su evolución se observa y desarrolla en la vía pública. Así como el "artista de taller" lo hace en bocetos y lo lleva a la práctica en un papel que no necesariamente va a ser visto públicamente, el "arte callejero" es de carácter público, y sus errores y triunfos son vistos a la luz de las masas.
Tal cual como se retiran ciertos "artistas de taller" luego de un tiempo al ver que no paseaba por su vocación, y esto quedo en desconocimiento de muchos o de la mayoría que no sabia acerca de su afición, algún grafitero se retirará y abra dejado su rastro fallido a la luz publica (siempre y cuando no hayan venido las elecciones presidenciales y algún candidato borre su registro).
Por lo demás, registro pasajero. Historia que quizá peque de lo que han pecado tantos movimientos artísticos o tendencias que han pasado al olvido por no tener registro.

Ahora, lo e explicado ya muchas veces, relacionándolo con cualquier otro tipo de “ manifestación”, hasta en las tendencias homosexuales en donde sigue presente el niño que sigue dichas formas de expresión a la siga de los fáciles rastros de las masas. Sin embargo por banal que parezca no deja de ser expresión dicha invasión que tildan muchos. No mayor invasión que la que imparte la publicidad masiva, las campañas presidenciales o los eslogan de tolerancia que empapelan los diarios y recintos públicos sin tener en consideración el “área de no fumadores”.

Si la opción va a ser juzgar una violación a la privacidad de la cual pecan los grafiteros (o los rayones en otro caso) juzgo la decadencia de militantes, que caracterizo también ortega y gassete, a dichos ciudadanos como “sencillos pasajeros de un autobús, que lo toman o dejan como un modelo preestablecido”, al igual que en la política, la perdía de reflexión y método científico para criticar manifestaciones dirigidas por sensaciones.
Aun así militante tampoco soy de un extremo que daña dicho bien común, y claro esta el motivo hace o debiera hacer la manifestación, y no a la manifestación inventarle un motivo.

De todos modos, sigo creyendo que dicho problema pasea por tratarse de un asunto público, de una manifestación que se presenta en la urbe a la luz publica, para un publico morboso que solo se deja seducir por la publicidad engañosa, consiente muchas veces de dicha prostitución.