Hasta hace poco cuando miraba los autos no veía conductores, veía un cuadro fantasmagórico, autos conduciéndose solos en dirección opuesta atravesando el viento la lluvia y la niebla. Un día un par de brillantes ojos verdes azulados me miraron con dulzura y, perplejos de mi perplejidad, me sacudieron de mi estado mostrándome la humanidad de estos seres misteriosos.
#Apuntes del norte, camino a Howth.
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