Se puede ser pobre sin sacrificar glamour en ciudades caras como Dublín yendo a la sección de perfumes de las multitiendas haciendo usufructo de las muestras fingiendo una convincente intención de compra. Es una practica frecuente y masiva. Hay quienes que, con una pulida y envidiable técnica, incluso combinan fragancias. Buscar sin ninguna prisa la puerta de salida y caminar por Henry Street hasta el patio de comidas del Dunnes o pedir una sopa en el vietnamita de Capel Street. Comer bien con poco y seguir a la deriva de las pistas de la calle.
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